John Maynard Keynes
(1883-1946), economista británico, sostenía ya en 1913 que el liberalismo
económico de corte clásico necesitaba adecuarse a las circunstancias económicas
y sociales del nuevo siglo.
Esa afirmación la
sistematizaría en su obra “Teoría general sobre el empleo, el interés y el
dinero”, publicada en 1936. En ella analizaba las causas de la depresión
mundial y proponía una serie de recetas para solventarla. Aseguraba que el
motor de la economía habría de sustentarse en la adecuada relación entre la
oferta y el consumo, pues de ella dependían los beneficios empresariales y la
inversión.
Según Keynes la
crisis de 1929 había retraído la demanda y era necesario estimularla de alguna
manera, generando una demanda adicional que tirase de la producción. Las
medidas no intervencionistas de los estados capitalistas no habían logrado tal
objetivo. Abogaba por tanto por una activa intervención del Estado que
restableciera el equilibrio entre oferta y demanda.
Básicamente proponía lo siguiente:
Desarrollar una
política de inversiones estatales en obras públicas (carreteras, pantanos,
etc.) que sirviese de estímulo a la iniciativa privada a través de la demanda
de cemento, hierro, componentes industriales, etc. La mano de obra empleada en
estas actividades aminoraría el desempleo, incrementaría la masa de
consumidores y estimularía la actividad económica.
Poner en
circulación abundante dinero con el fin de estimular una moderada inflación. El
peligro de una alta tasa de inflación sería inexistente en tanto el paro fuese
elevado.
Incrementar los
salarios. La reducción de los salarios como medida para mantener el empleo
(defendida por los economistas clásicos) fue refutada por Keynes quien
aseguraba que el empleo no dependía de los salarios sino del consumo y la
inversión. Una disminución de los sueldos de los trabajadores provocaría un
retraimiento que deprimiría el consumo y en consecuencia, la producción.
Intervenir en todos
los sectores económicos, regulando la fijación de precios, salarios, mercado
laboral, concediendo subvenciones a las empresas, etc.
Keynes abogó por el
abandono de la ortodoxia del "laissez-faire" que había guiado el
capitalismo del siglo XIX y propuso un mayor protagonismo del Estado en la vida
social y económica. Fue precisamente lo que mediante el New Deal puso en
práctica en Estados Unidos el presidente F. D. Roosevelt a partir de 1933.
PENSAMIENTO ECONÓMICO DE JOHN MAYNARD KEYNES
La "teoría general"
El principal
problema que enfrentaba el mundo de los años 30 era el enorme Desempleo. Frente
a esto, la tradición de la economía clásica planteaba que, por tratarse de una
cuestión puntual, el desequilibrio momentáneo se ajustaría automáticamente por
medio de una baja en los salarios.
Keynes, sin
embargo, discrepaba por completo: la economía se podía encontrar en Equilibrio,
pero con un alto nivel de Desempleo. Para él, la Desocupación existente en
Inglaterra, lejos de ser puntual, era estructural. Frente a esto, la autoridad
debía hacer un enérgico uso de la Política Fiscal (Impuestos y Gastos
gubernamentales) para "desatascar" la economía. En el Fondo, lo que
proponía era que el Estado complementara el mecanismo de Mercado del sector
privado, que no conseguía resolver por sí mismo el problema de la ocupación.
El planteamiento
general que hizo Keynes en materia económica es que se debía incrementar el
Gasto público en los períodos de Recesión -haciendo que el Estado incurriera en
un Déficit- para generar Demanda adicional que estimulara la Inversión y
disminuyera el Desempleo. De esta forma, Keynes confiaba en que el gobierno
podía moderar y hasta eliminar los ciclos económicos interviniendo en la
economía.
La importancia de
la Teoría general de la ocupación, el Interés y el Dinero fue tal que, para
muchos, funda la Macroeconomía, una de las ramas de la teoría económica
moderna, dedicada a explorar las relaciones entre los grandes agregados de la
Renta nacional.
Otro aspecto
fundamental en la economía keynesiana es el papel que juegan las Expectativas
sobre el Ciclo Económico. El autor consideraba que éstas -las cuales dependen
exclusivamente de factores psicológicos- tienen efectos importantísimos sobre
la Inversión y, por tanto, sobre la economía en general. Sin embargo, las
decisiones de Ahorro las toman los individuos en Función de sus Ingresos,
mientras que las decisiones de inversión las toman los empresarios en Función
de sus expectativas. De este modo, no hay ninguna razón para que el Ahorro y la
Inversión coincidan, como lo había señalado la mayor parte de los economistas
clásicos.
Así, cuando las
expectativas de los empresarios son favorables, éstos están más dispuestos a
realizar proyectos de Inversión, lo que provoca una fase expansiva y un gran
Crecimiento a la economía. Por el contrario, cuando las Expectativas son
desfavorables, la contracción de la Demanda puede provocar una depresión. Y es
precisamente ante esto que el Estado puede impedir la caída de la Demanda
aumentando sus propios Gastos.
En cualquier caso,
lo que Keynes quiso transmitir es que el futuro era desconocido y
"desconocible" -en el sentido de que no puede inferirse
racionalmente-, debido a que está fuertemente marcado por variables
psicológicas. Al hacer esta observación puso una enorme interrogante a la
capacidad de realizar pronósticos útiles en la economía.
El prestigio
alcanzado por John Maynard Keynes fue tal que el rey Jorge VI le nombró barón
en 1942, ingresando en la Cámara de los Lores. Durante su vida, Keynes había
ocupado altos cargos en la administración británica, como el de consejero
financiero de la Corona y gobernador del Banco de Inglaterra. Al final de su
vida también colaboró con el plan británico de la Conferencia de Bretton Woods,
en 1943, cuyo objetivo era evitar desórdenes monetarios como los sucedidos
antes de la Segunda Guerra Mundial. Para ello se propuso la creación de un
Banco internacional que regulara la Oferta Monetaria, lo que dio origen al
Fondo Monetario Internacional. Keynes murió tres años después, en 1946, en
Sussex.
Si Bien se podría
decir que la revolución keynesiana no consistió en construir un nuevo edificio
teórico, sino que más Bien se limitó a ordenar el sistema económico heredado,
es incuestionable que Keynes removió tanto la política como el análisis
económico. Con el paso de los años sus ideas fueron penetrando en el mundo
académico y en las políticas económicas de los países del mundo occidental.
Muchos vieron con entusiasmo una política capaz de darle un segundo aire al
sistema capitalista después de la crisis, e incluso los socialdemócratas
miraron con Interés una doctrina que propiciaba la intervención del Estado en
la economía. Sólo los más liberales se opusieron con fuerza a sus ideas
intervencionistas.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.eco-finanzas.com/economia/economistas/Keynes-Pensamiento-economico.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Keynesianismo
http://www.altillo.com/EXAMENES/uba/economicas/cicloprofesional/macroeconomia/macro2007resukeynes.asp
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